Gracia como la lluvia: Obispo Monterroso Visita la iglesia de Holy Apostles en Katy.
El pasado 26 de octubre, la iglesia de Holy Apostles recibió al Obispo Monterroso con corazones llenos de alegría, en una celebración que fue a la vez inspiradora y profundamente significativa.
El momento más destacado de la mañana fue la confirmación de 16 miembros: 12 jóvenes y 4 adultos, quienes dieron un paso al frente paraafirmar públicamente su fe y su compromiso de vivir como seguidores de Cristo.
Familias, amigos y feligreses se reunieron para acompañarlos, llenando la iglesia de un profundo sentido de comunidad y celebración compartida.
En su sermón, el Obispo Monterroso utilizó imágenes vívidas y memorables para ilustrar la misericordia de Dios, comparándola con una lluvia suave que cae silenciosamente y nutre la tierra. Así como la lluvia no puede ganarse, pero transforma todo lo que toca, la gracia de Dios alcanza los corazones humildes y abiertos, restaurándolos y renovándolos.
A través de la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos, el obispo recordó que no son nuestros logros ni nuestras apariencias externas lo que importa a Dios, sino la disposición de nuestro corazón: estar listos para recibir misericordia y para extenderla a los demás.
La imagen de la lluvia —suave pero portadora de vida— resonó a lo largo del servicio, capturando la esencia de la presencia de Dios: constante, paciente y transformadora. Fue un recordatorio poderoso de que el perdón y la gracia son dones gratuitos, y que la humildad abre el camino para que el amor de Dios eche raíces y florezca en nuestras vidas.
Para quienes fueron confirmados, fue un hito sagrado, un momento de decir “sí” a la continua obra de Dios en sus vidas. Para la congregación, fue una oportunidad para recordar la importancia de la comunidad, la oración y la misericordia puesta en acción. Risas, sonrisas y lágrimas de alegría acompañaron la celebración, mientras todos reafirmaban la fe de quienes comenzaban este nuevo capítulo espiritual.
El Obispo Monterroso concluyó invitando a todos a abrazar la misericordia de Dios en la vida diaria: dejar que ella guíe nuestra forma de orar, perdonar, servir y amar.
Fue un día que reflejó bellamente el espíritu de Holy Apostles: un lugar donde la fe se cultiva, los corazones se abren y la gracia suave y vivificante de Dios no solo se recibe, sino que se comparte.